Todos en nuestros trabajos tenemos mejores y peores días, momentos en los que el agobio te puede y te planteas bucar nuevos horizontes y otros en los que piensas que no podrías hacer otra cosa porque es lo que realmente te gusta. Pero mi trabajo es diferente, me permite crear, imaginar, transmitir conocimientos y ver que ellos dan su frutos reflejados en el crecimiento personal de mis usuarios, esto es lo realmente gratificante, ver que aquello que enseñas con ilusión es interiorizado por ellos y considerado importante.
Pues todo esto para mi se refleja en una mujer llamada Paquita, es usuaria de mi centro, pero creo que nuestra relación va un poco más allá del terreno profesora- alumna, es amistad y cariño a pesar de nuestra diferencia de edad. Ella es una persona que solo con abrir la boca mana poesía y en su cabeza bailan versos y ejemplo de ello es que cada día crea un poema y a través de la red los expone al mundo.
Hoy me ha sorprendido con un poema dedicado a mí y a mi pasión, aquello que soy y no olvido, antropologa, no imaginais la emoción tan fuerte que he sentido mientras lo leía sobre todo porque sé que lo hace con el corazón. Creo que lo menos que puedo hacer es compartir estos versos.
HORIZONTE
No solamente es una antropóloga
que estudia con amor al ser humano
las nuevas tecnologías van de su mano
descubriendo el horizonte que interroga.
Porque todo lo asume y dialoga
con esa gran paciencia, que no en vano
la llevan hacia el paisaje tan urbano,
de la ciudad en la que está de pedagoga.
Con la línea que deshace la memoria
flotando en el espacio prominente,
va fundiendo lo nuevo de la historia.
Su explicación como siempre es eluocuente,
acompañada de nuena trayectoria
hace que el mundo parezca diferente.
Paquita Sánchez Gómez